Civilization and Kindness / Civilización y Amabilidad
When someone asked the famous anthropologist
Margaret Mead what was the first sign of civilization that she had seen, she
made no mention of wheels, fishing hooks, or pottery. She spoke of a broken
bone. To be exact, of a femur that had been broken but had healed. The
anthroplogist said that when an animal breaks one of its legs, it is definitely
at the mercy of predators. The fact that a bone had been found thathad suffered
a necessarily mortal fracture but had recovered from it meant that someone had
dragged the wounded person to safety and had cared for this person until he or
she was able to walk again. To help others was for Margaret the first sign of
civilization.
Cuando alguien preguntó a la afamada
antropóloga norteamericana Margaret Mead cuál era la primera señal de
civilización que ella conocía, esta señora no habló de la rueda, ni de
anzuelos, ni de la alfarería. Habló de un hueso roto. Concretamente de un fémur
que se había roto pero se había vuelto a soldar. La antropóloga dijo que cuando
a un animal se le rompe una pierna, queda a merced de los depredadores. El
hecho de haber encontrado este hueso que se había recuperado de una fractura
que normalmente hubiese resultado mortal, significaba que alguien había
arrastrado al ser herido a un refugio y le había cuidado hasta que pudo volver
a caminar. Ayudar a los demás era para ella la primera señal de civilización.
The poetess Danusha Laméris has written about the small acts of kindness that most of us people have with others. We reproduce her words here in both the original English and our
Spanish translation.
La poetisa Danusha Laméris ha escrito sobre los pequeños gestos de
amabilidad que la mayoría de las personas tenemos con los demás. Lo que ha
dicho lo reproducimos aquí, en versión original en inglés y también, debajo, traducido
por nosotros al español.
Small Kindnesses
I’ve been thinking
about the way, when you walk down a crowded aisle, people pull in their legs to
let you go by. Or how strangers still say “bless you” when someone sneezes, a
leftover from the Bubonic plague. “Don’t die,” we are saying.
And sometimes, when
you spill lemons from your grocery bag, someone else will help you pick them
up. Mostly, we don’t want to harm each other.
We want to be handed
our cup of coffee hot, and to say thank you to the person handing it. To smile
at them and for them to smile back. Fort he waitress to call us honey when she
sets down the bowl of clam chowder, and for the driver in the red pick-up truck
to let us pass.
We have so little of
each other, now. So far from the tribe and fire. Only these brief moments of
exchange. What if they are the true dwelling of the holy, these fleeting
temples we make together when we say, “Here, have my seat,” “Go ahead – you first,”
“I like your hat.” ?
Pequeños Gestos de Amabilidad
He estado pensando en cómo cuando pasas por un pasillo
abarrotado la gente retira un poco sus piernas para que puedas pasar. Y en cómo
desconocidos todavía dicen “¡Jesús!” cuando alguien estornuda, algo que nos ha
llegado desde los tiempos de la peste bubónica. “¡No te mueras!” es lo que
estamos diciendo al decir eso.
Y a veces, cuando se te caen limones de tu bolsa del
supermercado, alguien se agacha para ayudarte a recogerlos. La mayor parte del
tiempo nosotros no queremos hacernos daño.
Queremos que nos sirvan nuestra taza de café bien
calentito y queremos decir gracias a la persona que nos la sirve. Queremos sonreírles, y que nos devuelvan la
sonrisa. Queremos que la camarera nos llame tesoro cuando deposita en nuestra
mesa el bol de sopa de almejas, y que el conductor de la camioneta roja nos
ceda el paso.
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